Miles de devotos cusqueños iniciaron la cele- bración de la tradicional festividad de la Cruz Velacuy o velada de la Santísima Cruz, en el entorno de familias arraigadas, barrios, asociaciones, organizaciones e instituciones, de la ciudad del Cusco y la región.

La noche del jueves, los fieles concurrieron a exteriores de los templos, iglesias, parroquias y lugares simbólicos, como cerros colindantes, a renovar su fe con rezos, oraciones y peticiones para las familias y la sociedad que atraviesa momentos difíciles.

Esta velada estuvo acompañada con el deguste de ponches y mates calientes, caldos de cordero de gallina y bebidas. Los concurrentes también disfrutaron de danzas, cantos y música de orquestas que los carguyocs o mayordomos ofrecieron hasta pasada la medianoche.

Ismael Olarte Soto, vecino del centro histórico, concurre a las cruces de la plaza San Francisco y recuerda con añoranza esta tradición desde sus abuelos ‘lo velaban, me traían a mí y desde niño y yo lo hago por devoción, yo ya estoy velando al señor por más de 50 años, de acuerdo a mis posibilidades’, relata.

Estas cruces son de piedra y están en la parte exterior del templo de San Francisco, a la que los vecinos se asoman a encender velas y llevarle flores, para encomendarse en sus llamas salud, trabajo y alegría, sin embargo, en los últimos años sienten que los quieren alejar.

Fue costumbre para los ciudadanos repintar las cruces de verte y darle esa tonalidad de troncos de árbol, y a sus pies colocar las ceras; sin embargo, la Dirección de Cultura de Cusco, habría comenzado a restringir estas actividades por estar ubicadas en el centro histórico y contar con declaratorias.

Aun así los vecinos intentan evitar que esta costumbre y tradición de antaño desaparezca, más aún lograron que visitantes nacionales y extranjeros destaquen la cultura viva, la cual se apreció con entusiasmo en la Calle del Medio, aquella que desemboca en la misma plaza mayor o Hawkaypata.

Aquí se renovó una cruz pétrea, que, según la tradición oral, ofrece milagros y castigos a los herejes, aquí las autoridades de la Empresa Municipal de Festejos de Cusco (Emufec), la Municipalidad del Cusco y vecinos, le prenden velas, le llevan flores, le oran, bailan y los principales invitados son turistas, quienes disfrutan de las danzas y la quema de castillos.

Mientras esta fiesta se vivió al máximo en la plaza de armas, hasta cerraron parte del perímetro, en casonas del centro histórico las familias de arraigo compartieron y departieron comida y bebida, lo mismo se apreció en periferia, donde se hicieron peregrinaciones para descender las cruces verdes de las montañas a las calles, siempre con los usos y costumbres.

Se tienen previstas las misas en diferentes horarios, las procesiones y la confraternidad con comida típica como el Chiriuchu (plato bandera de Cusco), el chanchito al horno y otros potajes que son acompañados de chicha de jora y cerveza.

El cierre de fiesta será hoy con el gran Kacharpari, fin de celebración, en la que también se degustará de la rica comida cusqueña y bailará a ritmo de orquestas, bandas y grupos musicales.

La devoción a la Santísima Cruz se remonta a la colonia, desde el proceso de evangelización se colocaron cruces en lugares simbólicos, como las montañas, los cerros o Apus tutelares, es así que en Cusco hay esa conjunción de la religión andina con la católica.