La plaza San Francisco, ubicada a dos cuadras de la plaza Mayor de Cusco, será el espacio ideal para ‘La Gran Picanteada’, el festival gastronómico que unirá a empoderadas amas de casa, dedicadas al rubro de las picanterías tradicionales en la ciudad imperial.

Las mujeres que forman parte de la Asociación de Picanteras de Cusco, ofrecerán el sábado 9 y domingo 10 de este mes, la degustación, exposición y venta de los deliciosos platillos a base de nabo, tarwi, lisas, arbejitas, haba, y agregados a familias cusqueñas y turistas que visitan el centro histórico.

Erika Carrión Salinas, presidenta de la Asociación de Picanteras de Cusco, informó a la Agencia Andina que van decididas a revalorar las tradicionales picanterías, que antes eran los espacios culturales por excelencia para las reuniones cusqueñas, y que ninguno de estos establecimientos faltaba en los barrios.

Las madres cusqueñas, de antaño y las actuales, cocinarán también las extras cusqueñas, como el rico costillar frito, el cuy al horno, el lechón, la malaya frita, el kapchi de habas, el solterito de kuchik’ara, la merienda cusqueña y las múltiples delicias con la sazón y sabor que las caracteriza.

Marly Morales, conocida como “Cholita Perú”, responsable del área de Marketing y Comunicación Cultural, afirmó que, en esta tercera edición, estarán más de 20 picanteras cusqueñas, quienes previamente, fueron capacitadas en múltiples aspectos para la elaboración y atención a la ciudadanía.

Aquel día pretenden reivindicar los platos tradicionales de la ciudad y provincias, acompañados siempre con su chicha de jora amarilla y la frutillada, bebida que siempre fue importante en las mesas cusqueñas.

Situación actual

En la actualidad, según la dirigente, las picanterías cusqueñas se resisten a ser relegadas por los restaurantes turísticos, debido al crecimiento de estos establecimientos en el centro histórico y zonas circundantes a los atractivos arqueológicos y paisajísticos.

Carrión Salinas señala que día a día trabajan para hacer prevalecer las comidas típicas cusqueñas, con la preparación y atención a la usanza de décadas atrás, aunque aceptando los cambios, con el fin de mejorar, pero sin perder la esencia.

Si antes las comidas se elaboraban en fogones, con mesas y asientos largos, en un ambiente de humo que envolvía y ofrecía la sensación de calor, ahora estas han cambiado con el uso del gas, para evitar la contaminación y posibles enfermedades’.

‘Antes en una cocina había nuestros cuycitos, ahora no, la municipalidad te dice ‘o te corriges o se te quita la licencia’. La comida a fogón es definitivamente única’, explica y recuerda La dirigente.

Sin embargo, la asociación pretende que estas características de las picanterías se mantengan y que las autoridades como las organizaciones sobre el rubro apoyen a las amas de casa, pues con los restaurantes turísticos también se crean otros restaurantes que funcionan de otra forma sin tener esa esencia picantera.

‘Muchas veces el turista ve que todo está en la plaza, pero pasando la plaza hay picanterías donde van a encontrar comida típica real de Cusco’, expresó.

‘Para nosotros es quizás un peligro el hecho de que indiscriminadamente muchos establecimientos turísticos, o que de pronto recién están abriendo sus puertas, estén usando el rótulo de ‘picanterías tradicionales’, quisiéramos pedir a las autoridades que nos respalden para distinguirnos de aquellos, que no se les desmerece, pero de pronto no pueden mezclarse como una picantería tradicional’, acotó.

Las picanterías en esta coyuntura, también pretenden reactivarse con la exposición y degustación de la gastronomía culinaria cusqueña en el seno de esta antigua ciudad, para el efecto reciben el apoyo de la municipalidad del Cusco y otros organismos.