El general PNP Óscar Arriola, jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DIRNIC), anunció hoy, lunes, que el Ministerio del Interior (Mininter) ofrecerá una recompensa por información que permita la captura de Héctor Guerrero, alias ‘El Niño Guerrero’, cabecilla de la organización criminal de origen venezolano “Tren de Aragua”.

“Seguramente, el ministro del Interior, en breve, si es que ya no lo hizo temprano o ayer, estará indicando las medidas de también ofrecer una recompensa por la captura”, señaló en Ampliación de Noticias.

La preocupación ante un eventual ingreso del cabecilla de esta organización delictiva transnacional a nuestro país se mantiene desde que Héctor Guerrero fugó de la cárcel de Tocorón, ubicada en el estado Aragua, Venezuela, tras un mega operativo de las autoridades de ese país en el que, según aseguraron, se desmanteló “totalmente” a la agrupación criminal.

“Tenemos el control total de este penal, de este centro penitenciario, y, además de eso, hemos desmantelado totalmente el auto denominado ex Tren de Aragua. Tenemos 88 personas detenidas en este momento, aportando datos de interés criminalísticos muy importantes, todos integrantes de ese grupo, que fue abandonado por quienes lo dirigían”, sostuvo Remigio Ceballos, ministro del Interior venezolano, el último sábado.

A partir de estos hechos, es importante conocer cómo opera el Tren de Aragua y en qué países tiene presencia pues, en esa información, podrían estar las claves que conduzcan a la captura de su cabecilla.

Una historia de terror

Los orígenes del Tren de Aragua se remontan al año 2005, en el sindicato de obreros que trabajaban en la construcción del tramo del Ferrocarril de Venezuela que recorre los estados de Aragua y Carabobo.

Según datos de InSight Crime -organización internacional especializada en estudios de crimen organizado en las Américas -, desde esos primeros años, la organización ya se dedicaba al cobro de cupos por puestos de trabajo y a la extorsión de los contratistas a cambio de seguridad. Hacia el 2011, cuando la construcción se paralizó, ya el sindicato funcionaba como una organización criminal.

No obstante, el protagonismo de Héctor Guerrero se consolida, paradójicamente, con su primera detención en la cárcel de Tocorón en el 2010. En ese lugar, el cabecilla escaló rápidamente en la estructura delincuencial hasta que se convirtió en “papá” o “prana”, como les dicen a los criminales que gobiernan las cárceles. A la par, el Tren de Aragua aumentó su influencia hasta controlar el barrio San Vicente, ubicado en Maracay, capital de Aragua, y se asoció con otras organizaciones criminales para expandirse.

En el 2012, “Niño Guerrero” fugó de la prisión saliendo por la puerta principal durante la madrugada y se escondió en los barrios venezolanos. Sin embargo, fue re capturado, casi un año después, cuando se desplazaba con una identidad falsa a bordo de un auto con matrícula adulterada. De vuelta a la prisión, comenzó a cobrar “la causa”, una especie de tributo que los reos estaban obligados a pagarle. Con esos fondos, se construyeron piscinas, discotecas, gimnasios y hasta restaurantes dentro de la cárcel. Además, financió la compra de armas para el Tren de Aragua.