Por: Paula Muñoz, Martín Monsalve, Yamilé Guibert, César Guadalupe y Javier Torres
En esta sección se presentan relatos correspondientes a las dos regiones trabajadas. Estos relatos buscan componer una visión interpretativa a partir de todo el conjunto de información generada mediante la investigación cualitativa; en particular, del diálogo entre la información documental y la generada mediante entrevistas.CuscoComo hemos mencionado en secciones anteriores, la evolución del PBI regional en Cusco ha sufrido cambios considerables en el periodo 1980-2012. Así también la élite empresarial cusqueña ha sufrido grandes transformaciones a lo largo del siglo XX y la primera década del presente siglo. Recordemos que las élites subnacionales fueron duramente golpeadas por la crisis económica de la década de 1980 y la recesión de 1998-2000, lo que llevó a que la élite agraria e industrial del Cusco desapareciera a lo largo de este período. Particularmente en esta región a partir de la década de 1970 se comienza a formar una élite empresarial dedicada al turismo, consecuencia de ello es la formación de la Cámara Regional de Turismo del Cusco, en 1975. Al mismo tiempo, el empresariado dedicado a la industria textil comienza un largo proceso de decadencia que terminará definitivamente a fines de la década de 1980 (entrevista a Luis Nieto Degregori) (Tamayo, 1978; Tamayo & Zegarra, 2008). Inclusive las nuevas empresas o grupos empresariales que surgen en la década siguiente han terminado mudando la mayor parte de sus intereses fuera de la región. Por ejemplo, el grupo Oviedo aún mantiene su cadena Supermercados Mega, pero la mayor parte de sus intereses están concentrados en la agro-industria en la región de Lambayeque en el norte del país. Por su parte, la empresa Incasur, productora de alimentos a base de cereales andinos, mudó su base de operaciones a la ciudad de Lima. Solo los Supermercados Mega y la Caja Municipal de Ahorro y Crédito del Cusco figuran en la listas de las grandes empresas que operan en el Cusco.En la actualidad el sector empresarial local cusqueño se compone principalmente por medianas empresas del sector turismo con una capacidad gerencial incipiente. La mayoría de estas empresas son de carácter personal o familiar, ya sean de primera o segunda generación. En términos del sector se encuentran en una segunda línea con respecto a los conglomerados extranjeros o limeños que lo dominan, que son las grandes empresas en la región. A estas se suman Perú Rail S.A. y la Minera Xstrata Tintaya que eran hasta el 2012 las dos más importantes empresas de la región (Perú Económico 2010) y el Consorcio Camisea, liderado por Plustpetrol, que explota la reserva de gas natural ubicado en la provincia de La Convención. Estas tres grandes compañías multinacionales tienen operaciones tipo enclave que se articulan poco con el resto de la sociedad regional. Al grupo de grandes/medianos empresarios se le suma un gran número de pequeñas y micro empresas que no se siente representadas en la Cámara de Comercio de Cusco, que agremia a la mayoría de medianos comerciantes en la región.En el caso de Cusco los empresarios del sector turismo son los más organizados. Además de tener su propia Cámara de Turismo, tienen mucho poder en la Cámara de Comercio. El problema del predominio de los empresarios de turismo en estas cámaras es que hace que todos los problemas de la región sean abordados desde la perspectiva de ese sector. De esta manera, la especialización y precariedad de esta élite empresarial hace que se concentren principalmente en los problemas de su sector desconectándose de cualquier otro proyecto de desarrollo regional. Por lo tanto, no son capaces de negociar con una élitepolítica extremadamente fragmentada como la cusqueña ni con las empresas multinacionales dedicadas a los sectores de minería e hidrocarburos. Pero tampoco pueden articularse con los sectores de la sociedad civil como los colegios profesionales y ONG. Es muy difícil entonces que la élite empresarial encabece proyectos de desarrollo regional que vayan más allá de su sector.Cabría mencionar, sin embargo, que si bien no hay una participación institucional del empresariado en política, sí encontramos el fenómeno del empresario-candidato. Son varios los casos de empresarios a los cuales les va bien económicamente y deciden candidatearse a cargos de presidente regional o alcalde municipal. Por ejemplo, en Cusco un número creciente de pequeños empresarios (y algunos medianos) empieza a participar como candidatos (Muñoz y García, 2010). Varios de estos han logrado ser elegidos alcaldes (Luis Flórez y Carlos Moscoso en la Municipalidad Provincial de Cusco) y presidente regional (Jorge Acurio).Entonces en el caso del Cusco es fundamental que la élite política tome la iniciativa para el aprovechamiento de la favorable coyuntura económica. Sin embargo, este grupo presenta el nivel de fragmentación más alto de los cuatro casos estudiados (INFOgob-JNE 2012) y el peor nivel de gestión. Podría decirse entonces que lo que caracteriza a la política cusqueña post boom (2006-2014) es la incertidumbre electoral, la fragilidad de sus movimientos y liderazgos políticos, y su incapacidad para coordinar políticamente.Las élites políticas se encuentran tan desarticuladas en Cusco que son en extremo localistas e incapaces de imaginar (ni gestionar) el desarrollo de la ciudad y menos aún de la región. “Es un Cusco de Cuscos. Una ciudad terriblemente fragmentada”. Algo que llama la atención durante las entrevistas es la incapacidad de los políticos y- líderes de organizaciones sociales de la ciudad del Cusco de pensar la región en su conjunto. La frase del arquitecto Sosa es muy elocuente al respecto. Indistintamente, los “proyectos” y temas de “agenda regional” incorporan solamente aquello que afecta directamente a la ciudad del Cusco y su hinterland rural.La división del sector político se ve agudizada por la desigual repartición de Canon minero y por el hecho que los principales beneficiarios sean autoridades provinciales o municipales fuera de la ciudad del Cusco. Esto se vincula a los altos niveles de corrupción que aquejan a la élite política cusqueña. Todos nuestros entrevistados, incluyendo los políticos, destacan el grave problema que Cusco enfrenta debido a una creciente corrupción asociada a los gobiernos locales y regional, que han visto multiplicar sus ingresos de forma exponencial en los últimos años. De hecho, de los tres presidentes regionales que Cusco eligió, dos de ellos se encuentran acusados de actos de corrupción: Hugo Gonzáles se encuentra en prisión y Jorge Acuno, electo en 2010, fue vacado en 2013 y enfrenta nuevos procesos por presunta corrupción. La debilidad de la élite política impide que se convierta en un interlocutor válido con las empresas multinacionales que operan en la región y con los ciudadanos a los que supuestamente representa.La percepción generalizada en Cusco es que un creciente número de candidatos están interesados en acceder al “botín” que representan los altos ingresos fiscales. Y es que la política se ha vuelto una forma de sobrevivencia de muchas familias. Por ello, están dispuestos a invertir altas sumas de dinero en campañas que, además, cada vez son más costosas.Este vacío político hace que los programas de desarrollo queden a la iniciativa de ONG y empresas multinacionales. Pero el problema es que estas iniciativas son focalizadas y no se articulan a un programa regional. En resumen, al tener un sector empresarial mediano y extremadamente especializado la región del Cusco depende de la consolidación de la élite política para tomar provecho en el mediano plazo del boom de los minerales.
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Source: Cusco Noticias